sábado, 31 de julio de 2010

Tal cual

Acabaste de llegar hace un rato y no mantengo el brazo estirado para saludarte siquiera. Ya sabrás por qué, entenderás perfectamente la razón de lo que no se debe de escuchar, que no se debe de pronunciar, y mucho menos llevarlo a la acción.

Tardando el momento exacto en el que he de cubrir con mi mirada todo tu rostro, diciendo de una manera muy amable, lo cambiado que te veo después de tanto tiempo; pero tampoco pertenece a mi sentido tal halago del cual quiero hacerte partícipe, creo que hasta innecesario resulta el hecho de tener el decoro de decirte cómo estoy, como para creer que creerás que me interesa saber tu estado.
Siempre igual, de la misma manera, con las mismas actitudes, con los mismos pensamientos, con los mismos atardeceres; qué es lo que cambia con el tiempo, si yo lo veo todo igual, creo que la metamorfosis llegó al punto de no poder ser visible a mis ojos, ya no más… ya no hay nada qué criticar, no hay nada qué pretender, mucho menos algo por lo que me deba sentir sorprendida.

Así tan aburrido, como todos… tan común como todos, tal cual siempre has sido.

2 comentarios:

  1. ¡Decepción! Parece acusar parsimonioso tu texto. Sentimiento o acaso idea que se transmite e interpreta, creo yo, adecuadamente.
    Buena racha publicante...Saludso, Bizcocho!

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  2. Como entusiasmada por descubrir cuando ya encontraste todo..

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Cena zombie

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